Caminar descalzo es saludable. Probablemente todos hayamos oído eso antes. ¿Pero caminar descalzo con zapatos? En realidad es imposible. Más bien, el estilo de correr debe ser lo más parecido posible a caminar sin zapatos para favorecer la salud natural de los pies. Pero, ¿son realmente saludables los zapatos y para quién pueden ser incluso peligrosos?
El concepto de salud de los zapatos descalzos
Nuestra forma de caminar cambia enormemente cuando nos ponemos los zapatos. Por un lado, esto se debe a la enorme distancia del suelo provocada por la suela del zapato. Por otro lado, los zapatos constriñen nuestros pies, especialmente los dedos. Así, el zapato asume la función estabilizadora de nuestros dedos y los pies se vuelven inflexibles. El calzado descalzo se esfuerza por crear una marcha lo más natural posible. Con materiales relativamente flexibles y suelas finas, nuestro estilo de caminar debe ser lo más parecido al de un corredor descalzo. Esto se debe a que nuestro cómodo calzado hace que nuestros pies sean perezosos: La circulación sanguínea se reduce, la flexibilidad disminuye y los numerosos nervios de las plantas de los pies apenas se irritan. Por otra parte, el intenso contacto con el suelo al correr estimula los nervios y favorece la circulación sanguínea.
¿Saludable de verdad? Las ventajas para tus pies
Pero, ¿el calzado descalzo ofrece realmente beneficios para la salud? ¡Sí! Especialmente aquellos que someten sus pies a un gran esfuerzo, por ejemplo, al hacer footing con regularidad, pueden beneficiarse del calzado mínimo. Además, cada vez hay más modelos de uso cotidiano en el mercado. Si te duelen los pies rápidamente o simplemente quieres un estilo de caminar más consciente, las patadas también pueden ofrecer a tus pies un apoyo beneficioso en el día a día.
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Los zapatos descalzos no dañan las articulaciones
Según un estudio del biólogo evolutivo Daniel Liebermann, nuestro calzado comercial es la causa de muchas dolencias ortopédicas. Para apoyar esta tesis, inició un estudio con 73 corredores, algunos de los cuales estaban entrenados para correr descalzos y otros que corrían con zapatillas modernas.
La comparación de los dos grupos demostró que, en contra de lo que se suponía, las zapatillas de correr acolchadas ejercen una gran presión sobre los tobillos. En cambio, los corredores descalzos entrenados someten a su sistema musculoesquelético a una tensión significativamente menor.
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Favorece la circulación sanguínea
El notable contacto de la planta del pie con el suelo y la libertad de movimiento del calzado descalzo también garantizan una mejor circulación sanguínea en los pies y las piernas.
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Las zapatillas mínimas promueven el estilo de correr
El contacto directo con el suelo también conduce a una mejor comunicación entre los nervios y los músculos. Además, se favorece el sentido del equilibrio y el pie rueda de forma natural. De este modo, se consigue una forma de correr saludable y se pueden prevenir las dolencias ortopédicas.
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Se reduce el riesgo de lesiones al correr
La suela plana también reduce el riesgo de torcerse el tobillo y lesionarse los tendones y las articulaciones.
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Los zapatos descalzos pueden fortalecer los músculos del pie
Además, la Escuela Alemana del Deporte de Colonia pudo demostrar en su estudio que el calzado descalzo puede fortalecer los músculos. Los corredores se entrenaron con Nike Frees para este experimento y consiguieron fortalecer hasta un 20 por ciento los músculos del pie.
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El calzado protege el pie de los objetos punzantes
Por supuesto, también conseguirías todos estos resultados si corrieras descalzo. Pero los zapatos tienen su razón de ser: se supone que te protegen del frío, la humedad y los objetos dañinos. El calzado descalzo combina estas propiedades. Sus pies están protegidos y la libertad de movimiento no está restringida.
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Se camina más conscientemente con zapatos mínimos
La suela fina hace que se sientan intensamente las superficies irregulares, como pequeñas piedras o ramas. Simplemente para evitar los estímulos dolorosos, caminarás más conscientemente por el mundo. El mindfulness, a su vez, puede beneficiar a tu salud mental y proporcionarte paz interior y relajación.
Las excepciones confirman la regla
Para la mayoría de las personas, el calzado descalzo es muy saludable, pero no todo el mundo puede soportarlo y, en algunos casos, puede ser incluso peligroso.
Por lo tanto, los zapatos descalzos podrían no ser adecuados para usted:
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No te gusta el aspecto
Mientras que las formas habituales de los zapatos se estrechan hacia la parte delantera, los zapatos descalzos tienen una zona de dedos ancha o incluso cámaras de dedos individuales. El aspecto puede parecer desconocido y no gusta a todos por igual.
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Le resulta difícil el cambio
Al principio, los nervios, los tendones y los músculos tienen que acostumbrarse a la mayor tensión, por lo que llevar zapatos descalzos puede resultar un poco incómodo al principio. Además, el cambio debe hacerse con cuidado. Un cambio rápido con altos niveles de estrés conlleva un riesgo de lesión. Por lo tanto, a efectos deportivos, se recomienda un período de transición de 9 meses.
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Hay restricciones sanitarias
Los zapatos descalzos pueden ser peligrosos para los diabéticos y las personas con otros tipos de daños nerviosos. En estos casos, es prioritario un buen acolchado para proteger los nervios. También debe consultar el uso de zapatos descalzos con un cirujano ortopédico si tiene deformidades, especialmente si se necesitan plantillas. La falta de una plantilla puede causar dolor y favorecer las molestias ortopédicas en algunas malposiciones.
Conclusión
Básicamente, el calzado descalzo tiene muchos aspectos que favorecen la salud. Si se hace footing todos los días, por ejemplo, se pueden prevenir las dolencias ortopédicas, se favorece la circulación sanguínea y se estimulan los nervios. Sin embargo, los zapatos descalzos no son ideales para todo el mundo. A algunas personas simplemente no les gusta la forma del zapato. En el caso de los daños nerviosos y las malposiciones, los zapatos pueden ser incluso perjudiciales para la salud. El cambio también puede resultar un poco incómodo, pero tras un periodo de aclimatación, las suelas flexibles pueden ofrecerte una experiencia de marcha totalmente nueva.